miércoles, 15 de septiembre de 2010

Estancia Carmen

Carmen, establecimiento de 10.042 hectáreas ubicado en la localidad santafesina de Christophersen, pleno corazón de la pampa húmeda, posee una de las tierras más productivas de las 200 mil que tiene AdecoAgro en la Argentina. La filosofía de trabajo consiste en aprovechar al máximo el recurso suelo y en función de ello es que el 100 % de las tierras, aun las afectadas al tambo, se trabajan en siembra directa. El motor del sistema es el carbono y, en consecuencia, todo está armado para lograr la máxima captura de este valioso elemento. También las rotaciones están diseñadas persiguiendo el mismo objetivo. En el sector de tambos, las rotaciones son de cinco años e incluyen praderas, verdeos y cultivos intermedios, mientras que en la parte agrícola son de tres años y contempla soja de primera, trigo-soja y maíz. Otra estratégica que Adecoagro practica con éxito en Carmen es el manejo por ambiente y no por lotes. Este campo estaba dividido en 70 lotes con alambrados fijos, pero cuando se pasó al sistema de agricultura permanente en siembra directa se levantaron, porque en estos casos lo ideal es manejarse por ambientes. Esto permite recuperar muchas áreas que estaban desperdiciadas, pero lo fundamental es que los trabajos de siembra, pulverización y cosecha se vuelven mucho más eficientes y dinámicos al no existir las tradicionales cabeceras. La nueva fisonomía que muestra hoy este establecimiento que Adecoagro posee en Christophersen permite, por ejemplo, contar con paños de hasta 500 hectáreas de un mismo cultivo, lo cual tiene otra ventaja adicional para Nolan. Se diferencia en cada uno de los paños lo que es loma, media loma y bajos, con la idea de manejarse por ambientes. Camino a lograr esta agricultura de precisión, por ejemplo, en esta campaña se diseñaron diferentes ensayos de maíz en distintos ambientes, que actualmente se están cosechando con monitores de rendimiento. La idea es captar información precisa sobre el comportamiento de los cultivos en cada ambiente para luego poder trabajar de manera georeferenciada; es decir, en función a la diversidad que se ven en cada área de cultivo.El camino de la intensificación que están transitando Nolan y su equipo de trabajo en Carmen, no ha encontrado aun barreras. “Permanentemente estamos haciendo exploraciones para maximizar el planteo de directa y en esa línea, por ejemplo, el año pasado incursionamos en la intersiembra de soja-girasol y para esta campaña ya tenemos 100 hectáreas comerciales; también estamos probando con colza como antecesor de la soja de primera, para pasar luego a trigo.soja y después a maíz, con lo cual sumaríamos un cultivo más”. El índice de utilización del suelo refleja con claridad el avance logrado a partir de esta metodología de trabajo. “Cuando nos hicimos cargo de este establecimiento (campaña 2002/2003) teníamos 1,20 hectárea sembrada por cada hectárea, mientras que hoy estamos en un nivel de 1,40 % gracias al doble cultivo trigo-soja, la intersiembra y la implantación de verdeos y praderas, combinados con maíces para silos y soja de tercera”.









































































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